¿QUÉ ES EL HERPES ZOSTER?
El Herpes Zoster es una afección de la piel que resulta de la reactivación del virus de la varicela en adultos, por lo general de avanzada edad. Se trata de un mecanismo complejo, mediante el cual el virus del herpes zoster permanece latente en el cuerpo, reactivándose y causando la aparición, presumiblemente, por una disminución temporal de la inmunidad mediada por células.
Cualquier persona que haya padecido la varicela puede desarrollar el Herpes Zoster, aunque tienen mayor probabilidad las personas mayores de 60 años, quienes tuvieran la varicela con menos de un año o quienes tengan el sistema inmunológico debilitado, ya sea a causa de la edad, alguna patología o el uso de determinados fármacos.
Síntomas del Herpes Zoster
Los síntomas del Herpes Zoster más habituales, tales como hormigueos, ardores o dolor en la piel, pueden llegar a ser bastante intensos, por lo que a menudo son motivo de visita al servicio de urgencias. Posteriormente se forman áreas eritematosas e inflamadas con vesículas y ampollas, las cuales pueden decapitarse o irse secando hasta convertirse en costras serohemáticas, que se caen en unas semanas.
“La erupción se caracteriza porque afecta a un área de la mitad del cuerpo, al dermatoma sensorial del nervio afectado. Es muy frecuente en el tronco o una extremidad, aunque puede afectar también a la cara y al cuero cabelludo. Se acompaña de ganglios linfáticos regionales inflamados”.
Otros síntomas menos habituales pueden ser fiebre, dolor de cabeza, abdominal o articular y malestar general. Además, si el herpes afecta a un nervio facial puede presentar otros síntomas en la cara como dificultad de movimiento facial o problemas de visión o gusto.
Diagnóstico y tratamiento
Aunque los síntomas suelen revertirse a las pocas semanas de forma espontánea, conviene iniciar un tratamiento lo antes posible con el fin de evitar posibles complicaciones, como infecciones bacterianas secundarias. La persona afectada debe acudir a la consulta del dermatólogo, quien realizará un diagnóstico y recomendará el tratamiento más eficaz para cada caso.
Por lo general, éste consistirá en la administración de antivirales, como aciclovir, valaciclovir o famciclovir entre otros, analgésicos, vitamina B y soluciones tópicas para las lesiones cutáneas. En caso de neuralgia postherpética, consistente en la aparición de dolor intenso entre treinta y noventa días después de la erupción, el tratamiento puede incluir otros remedios para combatir el dolor.
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